El Canal de Manzanares fue un nuevo impedimento geográfico para cruzar al otro lado del río. Por esta razón se previó la construcción de diversos puentes a lo largo del Canal. Algunos de ellos fueron hechos simplemente para alcanzar los campos entre el Canal y el río.
Al final del Paseo de Delicias, que era uno de los principales accesos por el sur, fue necesario implantar el Puente de Santa Isabel, primeramente llamado el Puente Verde por el color en que estaba pintado.
En la primera época se trataba de un simple puente. Fue representado por el suegro de Goya, Francisco Bayeu, en uno de sus cartones para tapiz conservado en el Museo Municipal de Historia. Como se puede ver en él, los alrededores del Real Canal eran muy populares y a menudo utilizados para fiestas campestres. También Goya representó el famoso Entierro de la Sardina de Carnavales, celebrado en las praderas del Canal en el entorno de este puente.
En la campaña de Isidro González Velázquez para mejorar las arquitecturas del Canal, se le pidió el diseño de un nuevo puente, cuyo proyecto original aún se conserva. El nuevo puente también era de madera y sólo los estribos se hicieron en piedra. Fue erigido en 1818. El escaso mantenimiento llevó a Isidro a remplazar el arco de madera y la última reforma fue hecha toda en piedra en 1826.
No existen referencias posteriores, no hay imágenes ni indicación alguna acerca del tipo de destino que se le dio a esta pieza. Probablemente fue vendida como material de obra, pero bien podría haber quedado enterrada in situ, donde hoy se encuentra la Plaza de Legazpi. ¿Quizás algún día nos lo encontraremos?