El puente de Cambroneras es la penúltima obra construida en el Real Canal. A 18,38 Km de la Cabecera y apenas a unos 3,44 Km de la Rotonda Final, este puente-acueducto se edificó en 1826 para salvar el Arroyo de Cambroneras que por allí discurría hacia el río. El Canal pasaba por encima del arroyo, que quedaba conducido bajo una bóveda de fábrica mixta de 32 m de longitud. Se conservan distintos planos de proyecto, aunque ninguno de ellos refleja la realidad que se ejecutó finalmente.
En la actualidad yace enterrado en un cruce de caminos en el paraje conocido como Casa Eulogio. Lo poco que asoma del puente es sin embargo suficiente para poderlo comparar con el vecino Puente de Migueles, que es su gemelo construido a continuación de éste.
Ambos puentes son tipológicamente diferentes a los del Congosto, de la Gavia y del Abroñigal en la Primera Esclusa, pues el curso fluvial interceptado se conducía de distinta forma: por debajo en el caso de los primeros, o por encima en caso de los segundos, generando dos tipos de estructuras casi antitéticas: bóveda larga y de poca altura frente a bóveda estrecha y gálibo suficiente para pasar el canal.
CÓMO OCURRIÓ EL DESCUBRIMIENTO DEL PUENTE
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En anteriores etapas de la investigación, el puente se daba por perdido, destruido o enterrado. La poca precisión de las distancias entre elementos ofrecida por Madoz en su diccionario nos daba un margen tan amplio como impreciso para localizar el puente. La desaparición del Arroyo de Cambroneras tampoco ayudaba a ubicarlo. Sin embargo el lugar más coherente parecía ser el cruce de caminos entre el antiguo camino de Salmedina y el que cruzaba el río hacia Casa Eulogio. |
En plena investigación pormenorizada y provistos de una pequeña azadilla, decidimos intentar una búsqueda de cualquier resto que pudiera asomar; y esa misma mañana del 24 de Agosto de 2009 no tardamos en dar con los primeros ladrillos en un pequeño desnivel del terreno bajo una espesa manta de maleza que empezamos a retirar con nuestra azadilla y nuestras propias manos.
A lo largo de la mañana dejamos al descubierto todo el paramento que afloraba del suelo del testero y las manguardias de una de las embocaduras del puente. Sobre el alzado pudimos constatar dos impostas idénticas a las que figuraban en el Puente de Migueles por lo que pudimos construir una hipótesis de estado actual del puente.
Notificamos el hallazgo a la Dirección General de Patrimonio Histórico e hicimos un levantamiento de planos que incorporamos a continuación, con la parte visible -"la punta del iceberg"- y la restitución hipotética del resto de la obra.
