A 6,5 Km de la Cabecera, la Cuarta Esclusa se encuentra en las inmediaciones del Parque Lineal del Manzanares y frente a ella se extiende Villaverde Bajo al otro lado del río.
El interés de la Cuarta Esclusa es máximo en la actualidad, ya que en ella se conserva el único edificio superviviente de la época del Real Canal. Hubo cerca de una treintena de construcciones, entre edificios principales y anejos: las viviendas de esclusas, almacenes, la Administración, molinos, hornos, la dársena de Madrid, la capilla del Canal, etc.
La Cuarta Esclusa fue edificada en el primer período del Canal, entre 1771 y 1777. Se utilizaron materiales de poca calidad, por lo que hubo de ser reparada constantemente, siendo el incidente más señalado el de 1831 que nos relata Madoz; tras hundirse, fue necesario rehacer la almenara de desagüe en cantería y ladrillo que se ejecutó fidedignamente al plano conservado en el Archivo del Ministerio de Fomento (OH-637).
Conocemos de esta primera etapa que también existió un molino de “dos ruedas verticales de caxones” según nos cuenta Hermosilla. Otra noticia de 1819 nos contaba que “se ha construido una alcantarilla de fábrica de ladrillo y un camino que conduce desde la misma casa hasta el de ruedas confrontante”, en clara alusión al molino. Deducimos que el molino se conservó únicamente hasta la reforma del lugar llevada a cabo en el segundo período, con Pedro Nolasco e Isidro González Velázquez, para la construcción de una Quinta Real de recreo para Fernando VII, ya que Madoz no cita la existencia de un molino, ni aparece en el levantamiento de Celestino Espinosa de 1856.
Madoz sí hace una directa alusión a la Casa de Recreo de los reyes que estuvo inmediata a la esclusa pero se limita a una escueta alusión, sin describir el aspecto de la casa ni su distribución; se levantó a instancias de Fernando VII y fue la última obra que realizó para el Real Canal Isidro González Velázquez. Aparece ocasionalmente citada en otros textos porque se organizaban sonadas fiestas nocturnas con presencia del rey. (Un ejemplo nos lo cuenta el artículo de investigación sobre Luis Candelas Bandido en un reino turbio, por José María Merino, El País, 31/07/2005). Se conservan planos de un proyecto de Isidro González Velázquez, pero se desconoce si se ejecutó de tal forma o parecida siquiera. Existió también un emparrado en paralelo al vaso de la esclusa que podría haber servido de improvisado pabellón para desembarcar en la propia esclusa, dado que la sección de ésta permitiría arrimar la falúa al borde.
Posteriormente, con la clausura definitiva del Canal, la Cuarta Esclusa fue subastada en agosto de 1860 incluida en el 5º Lote. Se puede aventurar que Isabel II quiso mantener la propiedad de la Quinta, por lo que no aparece marcada en los planos de la subasta; pocos datos más se conocen sobre ella.
Hoy es propiedad del Ayuntamiento de Madrid, que la tienen arrendada a la familia Pascual desde alrededor de 1914, que son los responsables de que este edificio haya llegado en pie hasta nuestros días, sobreviviendo también a la propia Guerra Civil en la que quedó casi en medio de los bandos combatientes.
De la esclusa quedan pocos restos a la vista, y la parte de las puertas de aguas abajo -donde estuviera en su día el puente- se deduce que no se conserva. Nuestra Plataforma cree que puede quedar enterrada la mitad de la obra hidráulica, y además ha podido constatar la pervivencia de la almenara de fábrica.
DESCRIPCIÓN DE LA CASA DEL PEÓN CONSERVADOR.
La casa, construida en 1830 según Madoz, consta de una sola altura y cubierta, tiene planta rectangular con 28 metros de largo de fachada y 9,5 m de crujía; se divide en 3 partes diferenciadas: La primera es la vivienda del peón, en el extremo más próximo a la esclusa; la segunda es la caballeriza, la parte mayor de la casa que ocupa la zona central con los pesebres. Originalmente de madera, fueron sustraídos en la Guerra Civil y reconstruidos ya de fábrica, son los que encontramos hoy; la tercera parte correspondía a las cocinas y hornos, que han sido desmantelados y son hoy un almacén hortícola del actual arrendatario.
Toda la fábrica es de ladrillo macizo aparejado a tizón; el zócalo es de mampostería caliza tosca con sillares de granito en las esquinas y en las jambas de las puertas. La armadura de cubiertas es la original, compuesta por cerchas de madera, y el tejado es de teja árabe a cuatro aguas (todas ellas de la misma inclinación), que fue sustituida en la parte de la vivienda por planchas de uralita.
En la actualidad, nuestra Plataforma lucha por obtener financiación para intervenir el tejado y repararlo para garantizar la permanencia de este legado tan especial, que nos habla de un Madrid rural perdido ya.