La Décima Esclusa fue la última que se construyó, a 15,4 Km de la Cabecera, muy próxima a la Casa de Los Albergues. Se edificó hacia 1825 y según documentos de época fue el punto hasta el que fue navegable el Canal, quedando en construcción desde aquí. Es este dato el que nos permite construir la hipótesis del Desaguador de Los Albergues, pues cobra sentido si se ve como la compuerta para regular la salida del agua del Canal a la ataguía de desagüe hacia el río, que dejaría el cauce en seco en adelante. Por otro lado, la excavación realizada en el verano de 2009 sobre el Puente de Migueles deducía que nunca había llegado a pasar agua por allí, lo que verifica la hipótesis de que ese último tramo nunca hubiera funcionado.
La Décima Esclusa es muy similar a la Novena, tanto que los planos originales se refieren a ambas "la decimo será lomesmo" [sic]. No obstante, al haberse hecho en distintos momentos el diseño varía un poco, y en ningún caso cumplen estrictamente el diseño de los planos conservados.
La anchura del vaso, entre los muros laterales de 4,41 m de alto, es de 4,83 m y la distancia entre las puertas es de 24,29 m. El puente tiene 4,13 m de ancho de tablero. La entrada de las aguas se forma como en la Novena Esclusa, gracias a unas largas manguardias que estrechan el cauce y conducen el agua a la esclusa pudiendo desviarse a través de una almenara en la margen derecha hacia el río Manzanares.
El salto de agua que producía esta esclusa era de 1,61 m aproximadamente, dato conocido gracias a la observación de la ruina del busco y la estimación de la profundidad del lecho por planos, los escalones de mantenimiento junto al puente, y la proporción entre la longitud del tramo y su pendiente con respecto al total de las diez esclusas y la diferencia entre la cota inicial y final de todo el Canal.
La factura de la Décima Esclusa es de excepcional calidad, y su estado de conservación es extraordinario, ya que no ha sufrido saqueo y conserva íntegra su línea de coronación de sillares de caliza. La fábrica es mixta y combina paramentos de ladrillo macizo con refuerzos verticales de sillares de caliza en los cantos de los telares y en los extremos de la esclusa.
Aunque se conserva en su integridad casi al completo, sin embargo las manguardias de aguas arriba sí que aparecen deterioradas y saqueadas, no así la embocadura de la almenara que está perfectamente definida por sus sillares, la galería de desagüe la cubre una bóveda de cañón de considerable longitud. Hemos conseguido medir hasta unos 26 metros, aunque luego se halla obstruida por lo que impide conocer su dimensión total ni ubicar su final, enterrado en todo caso.
Nuestra Plataforma llevó a cabo una limpieza de yerbajos que crecían en las juntas y sobre las escaleras para poder contemplar mejor la esclusa y poder contemplar la obra hidráulica. Asimismo se llevó a cabo un levantamiento de planos y una restitución gráfica a su estado original.
Respecto a La casa del peón conservador de esta esclusa estaba en la margen derecha del Canal, dominando el soto hasta el río que desde los alrededores de la Novena Esclusa era propiedad de la compañía hasta la altura de la Casa de Los Albergues. La forma y distribución de esta casa es muy similar al resto de edificios, se trata de un rectángulo de 19 x 11 m aproximadamente y se distribuye con un recibidor a una sala con dos alcobas, a la cocina con su despensa y a una pequeña cuadra al fondo; adosada a la casa existía una leñera. No quedan restos en pie de esta casa, más que cascotes amontonados que delatan su ubicación, algo alejada.