La Séptima Esclusa se encuentra a algo más de 10 km de la Cabecera del Canal, justo enfrente del enclave de Perales del Río (Getafe), cuya iglesia barroca de los Santos Justo y Pastor se levanta como un hito monumental en el paisaje de la zona.
Se construyó entre 1780 y 1790, en el momento en que el Estado había ya incautado el Canal. Entorno a 1820 se inició la reparación del vaso, pues la mala construcción y los flujos de agua habían socavado la cimentación del muro lateral próximo al río. De este hecho se conserva un plano en sección donde se expone el problema y la reparación del muro de mampostería con un refuerzo de ladrillo y cantería (OH-638). Madoz dató erróneamente la fecha de reparación, asegurando haberse hecho entre 1825 y 1826.
La casa del peón conservador se hizo idéntica a la de la Sexta Esclusa, con dos crujías longitudinales paralelas separadas por un patio del mismo ancho que aquellas. La edificación se conservó incluso tras la clausura del Canal en 1860, convirtiéndose en el origen de una explotación agropecuaria, con corrales y recrecidos sobre la estructura inicial.
En la década de 1970 se construyó una canalización subterránea, un colector de hormigón que finaliza en la Depuradora Sur y que acompaña al Canal desde aquí hasta la Octava Esclusa, interceptándolo a esa altura. El colector no afectó a la esclusa, aunque poco le faltó.
Entre 2002 y 2003, un par de viaductos (M-50 y AVE) amenazaban nuevamente el lugar; afortunadamente, y a diferencia de la Quinta Esclusa, ésta se ha salvado por escasos metros de ser destruida en todas estas ocasiones.
La Séptima Esclusa se halla actualmente completamente enterrada y es de suponer que su estado de conservación sea similar a la Quinta. Por otro lado, la casa del peón, tras un período largo de abandono, fue ocupada recientemente. Los nuevos habitantes demolieron partes de las ampliaciones, no así los muros originales, que gracias a su consistencia habrán considerado de mayor calidad.